viernes, 30 de diciembre de 2011

3/12/11.- En Bacaramanga los “casis” están mal mirados. Se anda con cuidado porque de nada vale decir: “Casi, me caigo”. O te caes o no te caes; “Casi”…lo hago, lo digo, lo siento, lo amo…Hazlo! Dilo! Ama!...con todas, arriesgando, sintiendo tuyo el poder del que puede y quiere o el que no tiene ganas. Porque, poder, todo se puede aquí. Y cuando algo parece imposible, mil vueltas le dan. Se cambia de nombre, se le pone sombrero o…y esto pasa en muchas ocasiones…se le cuelga unas instrucciones. Suerte que todos hablan el mismo idioma y en ese están escritas. El que desea ser amado y se pone duro, concretando hacia otro, se puede tatuar la boca con una señal inequívoca roja. Estas señales, las Inequívocas tienen diferentes colores. Falsas ellas desde nacimiento solo las de carmín se saben ciertas. Juegan las bromistas con los “casis” porque no hay nada más temerario que un amor inequívocado.







5/12/11.- En Bacaramanga todos escriben su biografía después del desayuno. No es de recibo verse ante la incertidumbre sin saber que opción tomar. Es fácil escribir sobre lo que hizo uno sin haberlo vivido. Por lo general lo escrito no se concreta y es cuando acaba el día que se cotejaran los datos. Subrayan lo que no es importante porque lo será mañana. Puede darse el caso de que una misma acción se repita casi a diario, es entonces cuando hay que tomar cartas en el asunto. No hay nada más triste, una semblanza que aburrida, se instala en las páginas. Es por esto que de vez en cuando se llevan los cuadernos a los músicos. Ellos sí que saben hacer que unas repeticiones adquieran rango de estrofa. Todo parece adecuado con música y cuanto más te suene, más te acompañara. Las mejores vidas vienen con partitura y en todos los casos es mucho mejor el principio porque el final, es predecible.






7/12/11.- En Bacaramanga hay cosas que no tienen remedio y quedarán imborrables en la memoria que tocaron. Un reencuentro, un sabor, un estar…El amor apasionado se marca como un tatuaje en la piel, y está bien, pero la Vida no dejará de lado los pequeños instantes. Lo cotidiano, eso que hacen desde la costumbre, son los dedos de la Vida. Todo lo tocan sin pensar y escriben párrafos cortos que terminaran siendo historia. Los tomos pueden ser grandes volúmenes con recias tapas pero también cuadernillos blandos con los más bellos poemas. Se guardan a cobijo en la plaza porque no te pertenecen. Son imborrables pero no inamovibles y bien se puede dar nuevas formas según se mire. La historia es un pasado con el que jugar; por eso sirve para crear nuevas expectativas. Tocándolo todo como tocas las cuerdas de una guitarra; a veces con tacto, otras con brío y en ocasiones desgarrando las cuerdas para que vibre hasta el pisar.






8/12/11.- En Bacaramanga la Libertad corre descontrolada, salta de un lugar a otro buscando su sitio y no lo encuentra. Ella sabe que no siempre es bien recibida. Las nubes le dijeron que la sentían madre; los Entusiasmos tienen camisetas con su nombre e incluso el agua usa su apellido. Llega a los lugares y da un pequeño empujón a lo que toca, espera que salgan chispas y corran con ella. Las rocas no le hacen caso y las personas la ven venir sin inmutarse. Todos saben que solo puede vivir tranquila en los lugares donde se carece y aquí se torna inútil. Cuchichea con las sombras y les habla de expansión. Ellas se ríen porque no desean otra cosa que la pertenencia. Le explican que son suyos los densos. Tiene la necesidad de pertenecer a un grupo; sueña con poder amar y busca al Albedrio para que le haga carantoñas. Entra por las ventanas en ráfaga, es el polvo y los papeles que convence por un instante. El uno por viejo quiere seguir siendo manto y los otros, los papeles darían su vida por calentar unas palabras. Todo vuelve a la normalidad.



9/12/11.- En Bacaramanga cuando te sientas el suelo que a tus pies se posa, se relaja. Mantiene el tipo en las pisadas y disfruta con los bailes que le hacen cosquillas. Siente que sostiene a todos y orgulloso esta por ser cuna y madre. Salta ante la ofensa y el abuso, controlando el impulso. No se puede medir el calor que siente cuando lo besan, se atusa el pelo, que son los verdes y abre puertas. A veces algunos valerosos entran dentro y descubren que por sus venas el agua corre amaestrada. Late silencioso, queriendo pasar desapercibido, él que es de los grandes. Se enamoro de una culebra que le acariciaba. Tuvieron un hijo que vomitaba rocas y una hija que las deshacía cuando las tocaba. Muchas de ellas hicieron montañas y las de ella, amables playas. Los que se posan se sienten acunados y escuchan como les canta una balada de rock.

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