viernes, 30 de diciembre de 2011

29/12/11.- En Bacaramanga se emprende un camino todos los días. Es por esto, que aquí los cauces tienen diferentes colores; bancos a los lados y mostradores donde se da el ritual del vermú. Uno se levanta con el espíritu contento pero dudoso y sale a la calle a ver los caminos. Tiene ante sí un sinfín de colores que llaman al gusto personal. Dan el primer paso y el Futuro se acerca para acompañarles. Piensan que sabe mucho pero no es así. Disimula, como todos. También por él pasan los años y se tiñe el pelo o mete barriga. Tiene algo que no enseña, por mucho que le preguntes si hay por casualidad, una respuesta. Contesta…lo mismo que le dices pero con otras voces. Para eso duerme sobre un diccionario. Es su libro de cabecera porque sabe, a ciencia cierta que todas las palabras contiene. El truco es ordenarlas debidamente para saber el devenir.

Caminan ambos con paso cauto, dando tiempo a la tierra a tornasolarse. A veces cuando piensas que encontraste la solución a un problema, saltan destellos que te ciegan y de ti dependerá que la des por buena. Tropiezan y no caen. Son los escalones chistosos que siendo invisibles no suben a ninguna parte pero te pueden dejar ver el suelo y sus bonitos colores. Si caen, ven al ras. Sienten las huellas que otros dejaron también en su caída. Pueden descansar y ver pasar a otros, por diferentes caminos; corren más que tu, pero no es importante porque esta senda solo es para ti. Bébete un vermut a la salud de los que no salen nunca de paseo porque ellos no sabrán lo bonito que es el horizonte. Y luego, al regreso, no lo digas, escríbelo para deleite de todos.

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