domingo, 28 de febrero de 2010

En Bacaramanga cuidan los juguetes. Todos hacen alguno de vez en cuando y son recibidos con expectación. Y cuidan los juguetes. Hay algunos que están hechos con tanto ingenio y gusto que no parece cobren vida, la toman y acaban danzando por todas partes. Los mecanismos, las maquinarias se recrean y ganan la partida. Luego los autómatas acuden a las fiestas y se vuelven independientes. Y cuidan los juguetes que desde los rincones te miran.
En Bacaramanga el gusto se anima por el color. El tomate queda bien con todo e incluso se le puede sacar a pasear porque ese rojo…Los plátanos sin embargo son mas de por la noche y no hay nada como llevar unos racimos de uvas negras a la playa, los granos resaltan tanto que los peces salen a mirarlos y si pueden, tomar uno o dos. Y el amor tiene color blanco para que todo lo que pongas encima…sea una emoción.

viernes, 26 de febrero de 2010

EL SON DE LAS PALABRAS EN BACARAMANGA...

En Bacaramanga la palabra “Zunzunear” se usa para los atardeceres. “Vamos a zunzunear al rio”. Y allí se acercan a escuchar el murmullo de las aguas, las plantas y los peces. Es muy interesante traducir estas conversaciones porque siempre son filosóficas, de las que se quedan contigo unos días para que las degustes. Lo mejor son los peces que aman el lenguaje del sarcasmo y provocan risas entre los oyentes.
En Bacaramanga hoy suben al monte. En una cueva al lado de la cascada se siembran champiñones y palabras. Se le da al cultivador las palabras más hermosas. Las siembra junto a las setas y al tiempo maduran los más exquisitos hongos y magnificas fabulas. Primero despuntan las hojas con algunas letras sin sentido y a medida que crecen se recomponen en páginas completas. Unas se encuadernan y otras se cocinan.
En Bacaramanga el olfato de las personas es poderoso. Incluso cuando duermen los sueños tienen olor. A veces cuando algo no está bien definido es el aroma que desprende el que ayuda. Pueden ir por buen camino siguiendo esta senda, incluso si cierran los ojos. Cada partícula de este lugar tiene su propia intensidad y es tal la importancia que los amantes se zambullen en su cascada y nunca lo olvidaran.
En Bacaramanga cuando algo contraria no se enfadan, no lamentan el incidente. Solo meditan unos minutos a ver qué cosa buena puede salir de el. Si algo no sale como uno esperaba seguramente es porque tenía que salir de otra manera. Las grandes sorpresas están detrás de un sentimiento, bien sea de emoción, bien de sorpresa. Y tienen un color necesariamente claro.
En Bacaramanga tienen un sistema infalible para sentirse bien. Hay un altillo en mitad de la plaza. Cuando quieren animarse en un nivel alto se suben a él. No tienen que decir nada, todos los que pasan y lo ven se quedan un rato vitoreándole. Le dicen cosas como:”Tu luz nos ilumina!” “las flores te copian el peinado!” “Hueles como un amanecer!” y claro con estos ánimos todo lo que se emprende sale colosal.
En Bacaramanga todos los jueves en la madrugada pasa un fenómeno que hace estar en pie a todo aquel que siente mariposas en el estomago. Nadie se pierde el momento de los lazos. Dura poco más de un minuto y las imágenes que quedan grabadas en los que lo ven duran hasta la próxima vez. Cuando se ama de verdad, con pasión a otra persona o a si mismo se crea un lazo y estos aparecen visibles, casi se pueden tocar todos los jueves en la madrugada. Todo Bacaramanga se enlaza. Algunos hacen rocambolescos dibujos según sea el amor dado.
.- En Bacaramanga hay un día al año en el que todo parece tener una magia especial. El sol coloca su luz sobre algunas nubes singulares y estas gotean agua lentamente…Todos se preparan para la ocasión porque en un momento Bacaramanga se convierte en una fractal de infinita belleza, únicamente comparable con el complejo funcionamiento del césped donde los bichillos se pasan el día amándose locamente. Solo si estás preparado puedes ver ambas cosas, una con los ojos, la otra…con los pies.
En Bacaramanga hay uno que cayó del cielo. Y decía: “Movime tanto, tanto, tanto…que nunca sé donde ando” Por eso le han regalado un collar. Es una pizarra que tiene escrito: “Que Sitio más Bonito…¿Dónde estoy?” Y cuelga un pizarrín para que se lo escriban. Claro que todos le ponen cosas como…En el cielo!; En la Estepa; A la izquierda; Arriba!; En la luna!...y se la pasa contando historias de lo bonito que es A la Izquierda o el calor que hace en la luna.

martes, 9 de febrero de 2010

En Bacaramanga a veces gusta viajar. Son apreciados los conductores que saben perderse. Solo en el despiste ante un cruce de puede descubrir la tierra siempre prometida. Maravilloso lugar que será recordado con emoción. La sorpresa más grande puede estar a la vuelta de una curva que nunca pensaste girar. Y los carteles no dicen nada de estos magníficos lugares. Al destino se llega sin camino.


Hola amigos.
En Bacaramanga todo tiene una metamorfosis. A veces es lenta, previsible y otras rápida, sorpresiva. Y nunca nadie puede predecir qué ocurrirá. Tanto es así que vivir es una constante emoción, un estar atento porque no siempre hay novedades pero sí estrenos. Hoy el sol tenia pecas y las nubes no querían quitarse el pijama…un día más para la expectación y la sorpresa.
En Bacaramanga le dan mucha importancia a las huellas. Hay una montaña que tiene una tierra especial. Si pisas se queda para siempre marcada. Y tiene la peculiaridad de que cuando te pones encima de la huella de otro sientes a esa persona. Por un instante ves sus sentimientos. Por eso comprenden lo que los demás hacen. Es fácil ponerse en los pies de otro.
En Bacaramanga hay un señor que tiene un amigo en otro planeta. Siempre están mandándose astromails y esto es muy divertido porque los demás aprovechan para pedir deseos…Que no conoces los astromails? Son las cartas que se escriben en las estrellas y salen a toda velocidad…estrellas fugaces las llaman algunos. Siempre tiene un astrolabio en la punta de los dedos.


La velocidad no es proporcional al desplazamiento…por más que corro nunca llego a tiempo. Y es que a veces el camino es tan agradable…si me paro deja de ser camino para ser lugar. Y a lo lejos está el destino esperando mi llegada.
En Bacaramanga los puntos más débiles de las personas no se esconden. Al contrario, se ponen carmesíes, como los granitos. Nada hay que desprenda un color más emotivo que estos toques luminosos. Y jamás, digo jamás nadie los tomara como ventaja, al contrario la luz que emanan produce una gran tranquilidad. Y todos tienen alguna linternita consigo a la que aman.
En Bacaramanga hay una gelatina especial que sirve para todo lo que te puedas imaginar. Se puede comer. Puedes pintar la fachada de una casa. Usarla para hacer globos. Hacer que el suelo parezca un espejo. Calentarte los pies después de chapotear en un charco. Y desde luego lo mejor…puedes bañarte en ella y todo tu cuerpo se recarga de energía, la piel se tersa, los ojos recuperan la mirada del que tiene una sorpresa y tienes la sensación de que creces un poquito.