viernes, 26 de febrero de 2010

.- En Bacaramanga hay un día al año en el que todo parece tener una magia especial. El sol coloca su luz sobre algunas nubes singulares y estas gotean agua lentamente…Todos se preparan para la ocasión porque en un momento Bacaramanga se convierte en una fractal de infinita belleza, únicamente comparable con el complejo funcionamiento del césped donde los bichillos se pasan el día amándose locamente. Solo si estás preparado puedes ver ambas cosas, una con los ojos, la otra…con los pies.

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