jueves, 1 de diciembre de 2011

24/10/11.- En Bacaramanga hay sucedidos y ocurrencias que no se deben perder. Cada uno se las guarda en su rincón; las suyas, las que pasan o las que se miran. Que la acción de ver te hace protagonista. Usase para esto arcas grandes y de madera forrada con queso; los ratones agradecen el gesto y no tocan el papel, solo chupan algunas fotografías por lo dulce que es el color. Se apunta la vida en papelitos, a lápiz, por si hubiese gusto de cambiar algo. Que el tiempo reaviva los recuerdos y les pone dulce. Solo por los ratones.



24/10/11.- En Bacaramanga se rompió la elipse de tan paseada como estaba. Se desgastó por gusto. Hubo reuniones para concretar y parecía imposible restaurarla. Aquí no se saben los caminos; aparecen por sorpresa y nunca se pararon a pensar como. De tanto andar el camino se ilumina primero, luego se hace liso para dar el siguiente paso. Llamaron al Azar que en sus ratos libres es constructor y ahora tienen un nuevo paseo. Llamado De las Posibilidades por la cantidad de opciones que da.


26/10/11.- En Bacaramanga el silencio corre con zancadas grandes, agarrándose la cabeza para que no se le caiga por el camino. Tiene arrebatos que le hacen querer cantar y es entonces cuando se va. Llega a dónde va el segundo; siempre le recibe el Sonido. Tiene que hacerse hueco porque este es tan fuerte y grande que casi lo ocupa todo. Son amigos inseparables y nunca andan alejados por mucho tiempo. En verdad son como la respiración; suspira el ruido, expira el silencio.


27/10/11.- Un día a Bacaramanga llego la Nada. Se quedó a la entrada con miedo de no sentirse bien recibida. Es así como quiere estar, esperando a Nadie, retorciendo los dedos como si esto pudiese llenar los huecos. En sitios como este es fácil que nadie esté, ni siquiera para verla. Si pasa, si camina despacio como solo ella sabe hacerlo, la ven con curiosidad y todos la desnudan con la mirada. Se deshace en halagos para con nadie y llora lagrimas de hielo que con el calor de la emoción se derriten.


28/10/11.- En Bacaramanga cuando alguien se va deja dos cosas. Una es un arcón lleno de recuerdos; que no solo lo completa él, lo llenan entre todos porque también son parte de eso. Otra cosa que deja es un vacío. Un agujero en el espacio que se llena con las miradas de los que lo sienten alejarse. Tiene un color determinado y se instalará cerca del mar. Con el tiempo se lo lleva la marea y se disuelve en el agua. Por eso sabe tan salada; son los instantes en que el que mira rememora lo vivido. No se puede beber, hay que sentirlo.


29/10/11.- En Bacaramanga han empezado a maquillarse…Una cosa especial que remarca las facciones y dura mucho.


Llueve; no obedece la lluvia ni al sol que a pesar de estar en fiestas controla el cielo. Se está emocionando al ver que todo el escenario le resulta familiar. Le entretienen contándole cuentos; le invitaron al vermú y dejó la aceituna…ya parece que sea una bolla verde en un mar de salpicones.


Se maquillan porque tanta agua borra los rasgos y luego hay confusiones en las camas…a disfrutar nuevamente.


30/10/11.- En Bacaramanga hay alcancías para casos extraordinarios. Redondas, a modo de bolas que se guardan por los rincones. En ellas se va guardando los excesos de los momentos únicos. El sentir de un prolongado beso; la pasión de un amanecer acompañado o la saciedad al final de una buena comida.


Tómese la sensación y extiéndase en una mesa. Doblarla, plegarla hasta que parezca un libro pequeño e introdúzcase por la ranura. Esto es tan habitual que las ranuras dan las gracias. En caso de necesidad láncese al aire; la presión romperá el recipiente.

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