viernes, 29 de enero de 2010

En Bacaramanga hay grietas en las paredes y a veces faltan tejas. Son ellas que tienen vida propia. Podrían cambiarse de sitio si les diese la gana. Si les gusta la fiesta se ponen a bailar o juegan al escondite de tejas. Cambian la dirección de las escaleras o abren una ventana si piensan que el sol entrara mejor. Esperemos que no quieran salir a navegar.

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