viernes, 29 de enero de 2010

En Bacaramanga cuando viene un niño nuevo lo llevan enseguida a un estanque que hay debajo de un gran árbol. El estanque tiene unas aguas tan cristalinas que cuando los recién nacidos se asoman refleja la imagen que tendrán dentro de cuarenta años. No se puede guardar esta imagen más que en la memoria de la abuela paterna. Y todos andan detrás de ellas preguntando cosas y la abuela ya sabe que a este niño le gustaran las manzanas y tendrá un bello color.

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