martes, 22 de marzo de 2011

 En Bacaramanga se armo un gran revuelo. Discutían el sol y la luna. Las estrellas, los rayos y las copas de los arboles estaban de acuerdo con la perla del cielo. Las aves, las plantas bajitas y las aguas pensaban que el sol tenía razón. Las nubes como siempre no sabían dónde ponerse. Al fin hicieron una prueba. Y la luna dejo de verse. La lluvia saco el pañuelo y le seco las lágrimas. Lo que no puede ser, mejor olvidarlo.

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