martes, 22 de marzo de 2011

En Bacaramanga gusta trasnochar. La noche viene cargada de tranquilidad y la tranquilidad, de ideas. El sol se enfada porque no le invitan y al amanecer mira sorprendido las huellas de tanta creatividad. Les despierta porque quiere saber y ellos no se pueden levantar. Tienen sueño. Han llegado a un acuerdo. El sol se queda de noche, detrás de la luna para que no rompa la magia y al día siguiente saldrá más tarde.

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