domingo, 21 de marzo de 2010

En Bacaramanga no creen en la competencia. Siempre hace uno lo que puede y aunque no llegue no queda nunca el último. Porque el primero siempre espera y se cumple en grupo. No hay metas. Vivir es ya una ganancia que no tiene precio. Solo hay que estar atento y no dejar escapar ningún detalle.

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