En Bacaramanga se torno azul lo verde. Y malva lo amarillo. El naranja subió un tono y en rojo se convirtió…no salen de su asombro, ahora toca ver si esta tormenta de rayos y truenos termina bien. Los rayos juegan entre ellos y hacen lazadas, a veces parece macramé. Los truenos siempre quieren sobresalir y suenan como una gran orquesta de tambores.
Hay que parar para disfrutar del espectáculo. Las nubes ponen la bebida y los hornos asustados…escupen pan.
lunes, 20 de septiembre de 2010
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