martes, 27 de julio de 2010
En Bacaramanga un día descubrieron que los gusanos oscurecían. Andaban tristes y deslucidos. Una pena porque no solo acaban siendo los insectos más hermosos, además dan un hilo especialmente duradero, irisado y resistente. Jugaron con ellos. Poco a poco se fueron animando, acabaron siendo los masajistas de la comunidad. Se sienten importantes. Aquí los aman. Dan hilo, masajes y tiñen la vida cuando se hacen mariposas
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