sábado, 8 de enero de 2011
En Bacaramanga barren debajo de los pensamientos, han reajustado las ideas y vuelto a modelar los gustos. Las casas se van escogiendo del montón según talla y color. Los útiles se reparten al tun tun, todo es necesario y sin más puede estar en casa del vecino que siempre es un placer pedirlo. Se ordeñan las flores. Los colores frescos resaltan más al anochecer.
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