domingo, 21 de marzo de 2010
En Bacaramanga hay días de cine. Hay momentos de película que deben ser plasmados en la negra cinta de celuloide. Unos días vemos filmes con historias imposibles y otros…podemos estar largamente disfrutando ante la visión lenta, grandiosa y real de momentos repetibles. Que solo de este modo se nos antojan vivos y son siempre vividos. El tiempo que toma un grano en despuntar…El baile delicioso del que escribe algo serio, esa mano que danza con la música de las palabras.
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